Hace mucho tiempo, el sol se enamoró de una bella mujer. Poco después nació el hijo de esa unión, que recibió el nombre de Yuruparí. Con el paso del tiempo el niño fue separado de su madre por los payés o sabios, y fue así como creció entre ellos aprendiendo los ritos más importantes.
Cuando llegó a ser un hombre volvió a su tribu y se convirtió en jefe, al recibir una piedra cilíndrica, símbolo de su poder. Desde entonces , Yuruparí comenzó su labor civilizadora organizando a la comunidada y asignando tareas a hombres y mujeres.
Cuando Yuruparí se reunía con el pueblo, encabezaba todos los ritos, pero las mujeres no tenían derecho a conocer los secretos de cada ceremonia. Un día, las mujeres desobedecieron y fueron en secreto a ver el rito. Yuruparí se dio cuenta y las castigó duramente y , para evitar más intromisiones, se encerró en una casa de piedra que él mismo construyó.
Desde ese momento, Yuruparí castigó fuertemente a los hombres por la desobediencia de las mujeres. Por eso, los hombres se reunieron y decidieron matarlo, quemándolo con hojas secas de Ingá, lo único que le podía hacer daño.
De los restos de Yuruparí comenzaron a nacer espíritus malignos y animales venenosos. Entonces, los hombres decidieron hacer flautas con los huesos. Así, los hombres aprendieron a hacer instrumentos que sólo podían tocar ellos.
Pero un día, las mujeres se apoderaron de los instrumentos y aprendieron a tocarlos. Fue así como tomaron el poder, y los hombres tuvieron que trabajar y sufrir la menstruación.
Entonces Yuruparí, al darse cuenta, regresó al mundo de los vivos para castigar a las mujeres, devolviendoles a los hombres el poder y los instrumentos y a ellas la menstruación. De esa manera todo volvió a la normalidada hasta el día de hoy.